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"Queremos crecer en productos estratégicos de alto valor"

Entrevista con Mario Falces, Site Manager en Huntsman Pamplona

La empresa con la que conversamos hoy mantiene una vinculación con Navarra desde hace 82 años. Fueron muchas las situaciones y adquisiciones por las que pasó hasta que, justo hace ahora dos décadas, fue adquirida por la química norteamericana Huntsman. Precisamente, el aterrizaje de esta última en la Comunidad foral trajo consigo una serie de valores (seguridad en el trabajo, honestidad, integridad, respeto y responsabilidad) que definen y diferencian la actividad de esta compañía desde su histórica ubicación en Pamplona.

Huntsman le acaba de confirmar como ‘Plant Manager’ de su filial en Navarra, ¿cuáles son las líneas estratégicas que proyecta liderar desde su nueva responsabilidad?

Nuestra intención es seguir creciendo en productos estratégicos de alto valor. Lo que nos planteamos es cambiar nuestro actual porfolio de productos incluyendo más referencias de poco volumen y mayor valor añadido para aprovechar al máximo nuestra infraestructura.

Ahí es donde surge el nuevo desarrollo que estamos preparando para Aerospace, un compuesto que mejora la eficiencia en la combustión de los motores. Supone una propuesta química especial, pero nuestro propósito es que se haga aquí, en nuestra sede de Pamplona.

En ese sentido, ¿qué papel desempeña la delegación de Navarra dentro del consorcio al que pertenecen?

Para nuestra compañía, tener inversiones bajas con un retorno rápido (como la que hemos previsto con el desarrollo que te acabo de comentar) está totalmente justificado. Y eso ya nos marca el camino que queremos seguir.

Efectivamente, nuestra estrategia pasa por desempeñar un rol importante dentro de la compañía en todo lo que tiene que ver productos estratégicos de valor añadido y con futuro. Es decir, por poder optar a esos proyectos de tamaño mediano y rápido retorno que se generan dentro de nuestra corporación y que, además, sirvan de complemento a lo que ya estamos haciendo y que nos está dando de comer.

Para alcanzar ese propósito, nos estamos apoyando en la Mesa de Multinacionales impulsada por Fundación Industrial Navarra. En ella, a través de la colaboración entre empresas que estamos en una situación similar, hemos encontrado algunas claves para que podamos influir en nuestra multinacional.

También, y de forma paralela, contamos con un consultor externo que nos ayuda en la evaluación de los números y los recursos que precisamos para alcanzar la posición que queremos tener en nuestra multinacional. En concreto, gracias a su trabajo podemos establecer un “mapping” de nuestra delegación con debilidades, amenazas, oportunidades y fortalezas a partir de procesos basados en la mejora continua y la búsqueda permanente de la máxima eficiencia. Los resultados obtenidos de ese estudio es lo que comunicamos a nuestra central para atraer su atención y lograr el encaje de su visión con la nuestra.

Todo ese trabajo que acaba de mencionar, ¿qué resultados les ha aportado hasta el momento en cuanto a algunas de sus cifras más importantes (facturación, empleo, etc…)?

Cuando yo llegué, hace 30 años, la plantilla era mayor… El problema es que había mucha producción de lo que nosotros conocemos como “resinas básicas”. Poco a poco hemos ido abandonando esas líneas de trabajo por otras de un menor volumen, pero mayor especialización.

Ese proceso, unido a la digitalización, ha provocado que la producción se automatice. Donde antes había turnos de hasta 21 personas, ahora tres son suficientes para controlarlo todo. En total, ahora somos unos 60 empleados, de los que 35 desempeñan una labor más bien operativa. En cuanto a la facturación, está centralizada a nivel europeo, pero podríamos estimar una cifra aproximada de unos 25 millones de euros.

Ustedes desempeñan su labor en una actividad muy específica dentro del tejido productivo de Navarra, ¿existe un potencial por desarrollar en el sector químico de la Comunidad foral?

Por supuestísimo. Porque, además, sé por propia experiencia que allí donde nuestra actividad está asentada como, por ejemplo, Tarragona, Huelva o Barcelona, desempeña una función tractora primordial puesto que se convierte en un polo de atracción de nuevos negocios y empresas. Es algo que Navarra debería estudiar y apostar por ello, sobre todo dadas las oportunidades en cuanto a terreno que ofrecen los distintos polígonos municipales, especialmente los localizados en la Ribera.

¿Y con respecto al talento? ¿Es Navarra competitiva en este ámbito?

Hace poco coincidí con el director de una escuela de FP de Ciclo Superior y me confirmó que, en el momento de acabar, ocho de cada diez alumnos ya tienen una empresa donde ir y en seis meses están todos colocados. Y a nivel ingenieros pasa lo mismo.

En este contexto, nada que objetar y menos nosotros que, al ser una multinacional, partimos con una ventaja adicional y es que somos muy atractivos porque uno puede empezar trabajando aquí y, durante su trayectoria, ir a otros destinos y conocer otras realidades. Pero, al margen de nuestra realidad, creo que existe cantera y que debiéramos mejorar la comunicación entre mundo empresarial y educativo para facilitar ese tránsito y que la empresa de Navarra pueda aprovechar y beneficiarse al máximo del talento generado en nuestra región. Hay que cambiar.

Por último, Navarra es una de las comunidades con más presencia de multinacionales en España. Su tasa de retención, además, es muy destacada. ¿Qué tendría que hacer la Comunidad foral para reforzar ese posicionamiento? ¿Con qué fortalezas cuenta al respecto?

Navarra es, sin duda, una zona atractiva a nivel nacional. Sin ir más lejos, conozco casos de empresas que han venido aquí porque es un buen sitio para vivir y, créeme, eso atrae junto al salario, la tranquilidad, el nivel de servicios o sus universidades. Navarra, por tanto, cuenta con suficientes armas para atraer nuevas inversiones, aunque eso no debiera impedir seguir trabajando para mejorar porque siempre queda algo por hacer.  

 

Mario Falces
Site Manager en Huntsman Pamplona