- La industria agroalimentaria de la Comunidad Foral, con más de 1.300 empresas generadoras de aproximadamente 25.000 empleos y una facturación anual de unos 4.000 millones de euros, cuenta para el desarrollo de sus programas de I+D con una extensa red formada por centros tecnológicos, institutos de investigación, clústers, universidades y asociaciones público-privadas
- Salud y sostenibilidad se plantean como las principales áreas de oportunidad para el sector de Navarra en el campo de la innovación. Otras líneas de investigación en las que se está trabajando están vinculadas con nuevas tecnologías de producción y desarrollo de materias primas, procesos optimizados medioambientalmente, valorización e incorporación de residuos, así como implementación de sistemas de mejora continua.
La comunidad lidera, a través del CNTA, el proyecto Spain Food Valley, que ya ha recibido 12,9 millones de euros procedentes del PERTE agroalimentario para implementar nuevos desarrollos y soluciones en Inteligencia Artificial, análisis de imagen NIR e hiperespectral, digitalización, y seguridad alimentaria, entre otros.
Navarra, con una extensión de apenas 10.391 kilómetros cuadrados, cuenta con los dos mayores productores de verduras congeladas de España (Ultracongelados Virto y Congelados de Navarra), la principal cooperativa agroalimentaria del país (Grupo AN); o el líder nacional en producción de verduras en lata (Grupo IAN). También posee la principal empresa de ensaladas y verduras frescas a nivel nacional (Florette); y el fabricante de tripas artificiales para productos cárnicos (Viscofan), cuyas ventas alcanzan el centenar de países a lo largo de todo el mundo. Y a todo lo anterior hay que unir la inversión extranjera asentada en el territorio y representada por referencias tan importantes como General Mills, Mondelez, Gelagri o Agrozumos.
La industria agroalimentaria es una de las principales embajadoras de Navarra. Más allá de la merecida fama representada por productos de máxima calidad como los espárragos, las alcachofas o los pimientos del piquillo, este sector productivo cuenta con más de 1.300 empresas que generan aproximadamente 25.000 empleos y facturan unos 4.000 millones de euros anuales. Sus compañías, además, no solo representan un 3 % del Valor Añadido Bruto (VAB) de la región, sino que también tienen una fuerte presencia internacional, puesto que exportan a 50 países de los cinco continentes. Y su contribución al PIB navarro supera el 14 %, muy por encima de la media nacional del 10 %.
“Somos una herramienta que quiere aportar el mayor valor a la industria, servirle de inspiración así como incrementar las tasas de transferencia de conocimiento que existen”.
HÉCTOR BARBARÍN
Director general de CNTA
Contexto de máxima competitividad
A la vista de estos números, el presente está más que garantizado. Pero es que, además, en el contexto presente de máxima competitividad y constante cambio, esta industria cuenta con el apoyo de una extensa red de apoyo al conocimiento formada por centros tecnológicos, institutos de investigación, clusters, universidades y asociaciones público-privadas para el desarrollo de sus programas de I+D.
Uno de esos actores es es el CNTA (Centro Nacional de Tecnología y Seguridad Alimentaria), ubicado en San Adrián. “Hasta ahora hemos desempeñado un papel clave en la dinamización de conocimientos y nuestro propósito es incrementar esa relevancia de ahora en adelante”, confirma su director general, Héctor Barbarin.
En concreto, CNTA proporciona actualmente servicios de análisis, consultoría y formación especializada. Al mismo tiempo, colabora estrechamente con empresas y organismos públicos para promover prácticas alimentarias seguras y sostenibles. Y, por encima de todo, lidera el proyecto Spain Food Valley, que ya ha recibido 12,9 millones de euros procedentes del PERTE agroalimentario para implementar nuevos desarrollos y soluciones en Inteligencia Artificial, análisis de imagen NIR e hiperspectiva, digitalización y seguridad alimentaria, entre otros. “Somos una herramienta que quiere aportar el mayor valor a la industria, servirle de inspiración así como incrementar las tasas de transferencia de conocimiento que existen”, añade su director general.
ÁREAS DE OPORTUNIDAD PARA LAS EMPRESAS
Navarra está asistiendo a una transformación sin precedentes, impulsada por la innovación, la ciencia, la tecnología y el conocimiento. En ese escenario, los expertos coinciden en que las principales áreas de oportunidad para el sector agroalimentario navarro están vinculadas con la salud y la sostenibilidad.
Ser un referente en alimentación saludable y sostenible significará, por tanto, el desarrollo de forma ineludible de productos de calidad, nutricionalmente equilibrados, y apostar por nuevas proteínas vegetales y alternativas. Para lograrlo, la Comunidad foral deberá combinar innovación en sostenibilidad, salud, bienestar, además de practicidad para poder diferenciarse en el mercado.
La colaboración entre todos los agentes del sector será crucial, especialmente con un enfoque en un consumidor cada vez más informado y exigente. Ahí, las empresas navarras han demostrado resiliencia e inversión en innovación y tecnología, lo que las ha fortalecido incluso en tiempos de crisis.
Sirva como ejemplo de ese trabajo la labor desarrollada por Florette, como destaca su responsable del Departamento de I+D, Miren Beunza: “En los últimos años, la innovación está jugando un papel clave en el sector agroalimentario puesto que está permitiendo a las empresas lograr mejores resultados y ser más eficientes”. “En nuestro caso, se ha convertido en un eje estratégico clave, puesto que lo aplicamos a toda nuestra cadena de valor, desde el campo hasta el producto final”, añade.
En ese trabajo de investigación, desarrollo e innovación, la empresa con sede en Milagro no se encuentra sola. “La colaboración con empresas, clúster y centros tecnológicos y de investigación es clave para el desarrollo de nuestra I+D”, reconoce su máxima responsable, quien también añade como otros factores que suman a esa estrategia “el desarrollo de la tecnología, la solidez del mercado y la ubicación estratégica, así como el capital humano”.
AGENTES DESTACADOS DE CONOCIMIENTO
Al margen de este centro tecnológico, la red de conocimiento agroalimentario abarca también otros agentes destacados como, por ejemplo, el Instituto Navarro de Tecnologías e Infraestructuras Agroalimentarias (INTIA) y su infraestructura especializada en dos áreas principales: EVENA (Estación de Viticultura y Enología de Navarra) para la investigación, experimentación y difusión de técnicas avanzadas en el cultivo de la vid. Y el Instituto Lactológico, que proporciona un servicio integral a empresas lácteas y ganaderas en producción sostenible, saludable y de alta calidad.
Por su parte, el Instituto de Ciencias de la Alimentación de la Universidad de Navarra aprovecha su amplia experiencia en el desarrollo farmacéutico para impulsar la investigación en nutrición. Esta plataforma multidisciplinar abarca todo el proceso necesario para el desarrollo de alimentos nutracéuticos y funcionales. Mientras que el Instituto de Agrobiotecnología (IdAB-CSIC), de titularidad compartida entre la Universidad Pública de Navarra (UPNA), el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Gobierno de Navarra, está especializado en diversas áreas de investigación de relevancia biomédica.
En esa misma línea se encuentra el instituto de investigación básica y aplicada de la Universidad Pública de Navarra IS-FOOD. Sus líneas de investigación se centran en tres grandes ejes (los desafíos de la alimentación humana en el siglo XXI, la promoción de la producción sostenible junto a la mejora de la calidad de los alimentos, así como la innovación en el sector agroalimentario); y cinco grandes áreas: gestión de suelos, agua e insumos; producción primaria; innovación alimentaria; consumo de alimentos, nutrición y salud; y gestión empresarial.
La red se completa, por un lado, con la aceleradora de innovación Orizont; y NAGRIFOOD, Clúster Agroalimentario de Navarra. Este último, formado por un centenar de asociados, tiene como propósito alinear a la industria agroalimentaria con las políticas europeas de innovación y sostenibilidad además de detectar oportunidades de negocio y desarrollo que beneficien a la cadena de valor (productores, industria y distribución) presente en la Comunidad foral.
“La colaboración con empresas, cluster y centros tecnológicos y de investigación es clave para el desarrollo de nuestra I+D. Otros factores que también suman a esa estrategia son el desarrollo de la tecnología, la solidez del mercado, la ubicación estratégica así como el capital humano”.