Caso de éxito SKF

Hace más de medio siglo la multinacional sueca SFK quiso ampliar sus actividades en España. Eligieron Tudela, en el sur de Navarra por su estratégica localización y en 1971 iniciaron las obras de la que sería una de las plantas de producción más avanzadas de la corporación.

Desde entonces, la fábrica ha recibido varios premios del grupo, entre ellos el de mejor planta durante cuatro años. También han sido distinguidos con premios a la innovación por algunas ideas que han salido de la planta de Navarra, se han llevado adelante y son ahora estándares para el grupo e incluso para los clientes.

Julián Jiménez, director general de SKF Española, nos habla de las ventajas diferenciales del sector de la automoción en Navarra y de cómo el ecosistema regional ayuda a las empresas a ser más competitivas.

¿Cuál es el origen de SKF en Navarra?

En 1970, SFK quería expandir sus actividades en España. Hasta aquel momento, la empresa contaba con una planta en Eibar que no ofrecía condiciones para el crecimiento y buscó otras zonas en España. Eligieron la zona de Tudela y  posteriormente fueron adquiriendo diferentes parcelas en el área hasta alcanzar los 300.000 metros cuadrados de superficie.

¿Por qué la multinacional optó por este territorio para su planta de producción de rodamientos?

No tenemos datos concretos porque la decisión se tomó hace 55 años. Pero sí sabemos que, en aquel momento, Navarra estaba experimentando un crecimiento industrial importante y, de alguna manera, las inversiones llaman a otras inversiones en la zona. Y hay otro factor que era determinante en aquel momento y lo es también hoy. Tudela está muy bien ubicada, desde un punto de vista logístico, con el norte, el este, el sur y la zona centro de España, un factor que, sin ninguna duda, se tuvo en cuenta.

¿Cómo se enmarca actualmente SKF Española, y más concretamente, la planta de Tudela, en los planes estratégicos de la multinacional?

El producto que fabricamos o el product-porfolio, como lo llamamos, no es algo que se haya conformado ahora de golpe, sino que ha ido evolucionando durante las últimas décadas. Cada vez que el grupo nos asignaba un nuevo proyecto, lo lanzábamos y lo suministramos a nuestro clientes de forma exitosa, y eso hacía que se fueran añadiendo nuevas referencias a nuestro portfolio.

La fábrica de Tudela tiene un rol muy relevante para SKF en cuanto al volumen de producción y en cuanto a los productos que desarrollamos. Confiamos en que seguiremos optando a nuevos desarrollos para el grupo.

¿Qué percepción tienen desde la sede corporativa de la planta de Tudela y, en general, de Navarra?

La opinión que en el grupo SKF se tiene de la fábrica de Tudela es muy positiva gracias al buen hacer que hemos demostrado desde el origen. La fábrica ha recibido varios premios del grupo, incluyendo el galardón a Best Performing Plant durante cuatro años. También hemos sido distinguidos con premios a la innovación por ideas que han salido de aquí, hemos sacado adelante y ahora son estándares para el propio grupo e incluso para clientes.

La opinión no puede ser más que positiva y esto es también fruto de que estamos muy comprometidos con lo que hacemos. Nos anticipamos a los problemas, a la demanda del mercado y estamos siempre en primera línea, luchando por poder dar un gran servicio a nuestros clientes.

Todo esto tenemos que acompañarlo con el control de calidad de la producción y la búsqueda de la competitividad de nuestros costes. Esto es básico para poder suministrar a la industria del automóvil, y es algo que tenemos que cuidar y saber valorar en todo momento.

La sede social de SKF Española está aquí en Tudela y ya llevamos 50 años operando aquí. Creo que esto es una buena demostración de que de que las cosas van bien y que hay un buen maridaje entre SKF y Navarra.

¿A qué objetivos responden las recientes inversiones en la planta de Tudela en materia de sostenibilidad? ¿Qué objetivos tiene el grupo en este ámbito?

Debemos aludir al objetivo de SKF para el periodo 2020-2030, que busca que todas las empresas del grupo sean CO2 neutral y no emitan CO2 en sus actividades. Nuestro presidente se comprometió a cumplirlo en todos los centros productivos de SKF a nivel mundial.

Con ese ese objetivo, nuestra fábrica empezó a trabajar hace ya algún tiempo y hemos conseguido ser neutros en emisiones de CO2 desde el 2019. Se trata de un gran logro del equipo de Tudela, que ha buscado fórmulas para reducir el consumo energético y así disminuir las emisiones de CO2 y, a su vez, hacer que estos procesos que generan CO2 puedan ser sustituidos por otros alternativos. En 2019 recibimos una distinción por ello de la que estamos muy orgullosos.

Pero, además, SKF piensa que también es una de sus prioridades impulsar todos aquellos proyectos que puedan reducir el CO2 generado en la industria. En este sentido, SKF descubrió en Suecia un método para que los aceites industriales puedan ser tratados en un proceso que llamamos DST RecondOil. Dichos aceites pueden ser usados tantas veces como se quiera, de forma, digamos, infinita. Ese descubrimiento se ha incorporado en Tudela para ofrecer el servicio a aquellas empresas externas que quieran implementar un proceso de economía circular. Esto evitará la emisión de miles de toneladas de CO2 en las empresas de nuestro entorno que quieran participar en esta dinámica.

¿Qué oportunidades brinda a empresas como SKF la fuerte presencia de empresas dedicadas a la automoción en este territorio?

Operar en un entorno industrial y, dentro de ese entorno, que haya actividades de automoción, es crucial para que podamos progresar y hacerlo a la velocidad que el mercado nos exige. No se trata de que hoy hagamos las cosas mejor que hace diez años, sino que las tenemos que hacer mejor que ayer, dada la velocidad a la que debemos mejorar nuestras actividades.

Al estar en este entorno, podemos lograr sinergias entre las distintas empresas, conocernos mejor y, sobre todo, trabajar en el concepto de local to local. Por local to local entendemos que debemos lograr fabricar en la región todos aquellos productos que necesitamos y se consumen aquí. Ello generaría valor en la sociedad, en Navarra y, a su vez, contribuiría a reducir nuestra dependencia de países lejanos, habida cuenta de los problemas logísticos que hemos tenido y que estamos viviendo y otras potenciales dificultades que esas grandes distancias pueden provocar.

El de la automoción es un sector estratégico para el Gobierno de Navarra. ¿En qué medidas se traduce esa apuesta estratégica?

El Gobierno Foral lanzó primero la Estrategia de Especialización Inteligente S3 y, en diciembre del pasado año, lo actualizó a la S4. En resumen, lo que este plan determina son seis iniciativas de actuación en la Comunidad Foral, que incluyen, por ejemplo, la alimentación saludable, el cuidado de la salud de las personas o el vehículo eléctrico, por mencionar tres de ellas.

Todas estas iniciativas están, digamos, cruzadas transversalmente por conceptos de sostenibilidad y digitalización. Es decir, todo lo que se haga en el marco de esas iniciativas tiene que tener como base mejorar la sostenibilidad de lo que tenemos a día de hoy e impulsar la digitalización de los procesos. De esas actuaciones emanan las inversiones que el Gobierno Foral puede destinar a empresas como la nuestra.

Además, el proceso de digitalización se vale de empresas y entidades que operan en la comunidad y son expertas en implantación de estos sistemas. Contamos con la Universidad, la Asociación de la Industria Navarra (AIN), el Centro Europeo de Empresas e Innovación de Navarra (CEIN), el Clúster de Automoción de Navarra (ACAN)… Una serie de organizaciones preparadas para apoyar a las empresas.

En ese sentido, lo que vemos es que todas aquellas iniciativas que las empresas hemos impulsado a título individual para mejorar nuestra competitividad en materia de sostenibilidad y digitalización están totalmente alineadas con lo que el Gobierno Foral está proponiendo hacer. Por tanto, estamos trabajando en la misma dirección.

Navarra es una de las comunidades con más presencia de multinacionales en España. ¿A qué cree que responde esta realidad?

La permanencia de una actividad industrial en un determinado entorno depende de que las empresas que están operando allí puedan lograr sus objetivos en dicho entorno. Entre otras cosas, en ese entorno tenemos que poder formar adecuadamente a nuestro personal y buscar empresas que colaboren con nosotros en la consecución de nuestros objetivos.

En este sentido, quiero hacer mención a las empresas locales. En Navarra tenemos ejemplos verdaderamente modélicos. Nuestras empresas colaboradoras no lo son sólo porque estén próximas, sino porque son las mejores en el mundo en lo que hacen. En nuestro caso, muchas de nuestras colaboradoras navarras son empresas proveedoras de SKF a nivel mundial y suministran a países como Alemania o Estados Unidos desde aquí, desde Tudela, o desde nuestro entorno.

Julian Jiménez (Director general de SKF Española)

Operar en un entorno industrial y, dentro de ese entorno, que haya actividades de automoción, es crucial para que podamos progresar y hacerlo a la velocidad que el mercado nos exige. Al estar en este entorno, podemos lograr sinergias entre las distintas empresas, conocernos mejor y, sobre todo, trabajar en el concepto de local to local.

Nuestras empresas colaboradoras no lo son sólo porque estén próximas, sino porque son las mejores en el mundo en lo que hacen. En nuestro caso, muchas de nuestras colaboradoras navarras son empresas proveedoras de SKF a nivel mundial y suministran a países como Alemania o Estados Unidos desde aquí, desde Tudela, o desde nuestro entorno.

Cifras / Hitos

Se constituye SKF Española mediante la fusión de cuatro empresas propiedad del Instituto Nacional de Industria (INI), del Banco Urquijo y del propio Grupo SKF.

El 15 de julio de 1971 se inician las obras de construcción de la planta tudelana.

Desde 1985 SKF Española pertenece al 100% al Grupo SKF.

Entre 2018 y 2019, el grupo SKF invirtió un total de 6 millones de euros para modernizar la planta de Tudela y equiparla con nuevos canales de producción para atender la demanda externa.

En 2019 SKF Española alcanzó una cifra de negocio de aproximadamente 214 millones de euros gracias a sus más de 390 empleados y a una red de distribución de más de un centenar de puntos de venta en todo el país.