Caso de éxito Florette Ibérica

Entrevista con Jorge Moreno, CEO de Florette Ibérica

Florette es una de las marcas de origen navarro más conocidas en todo el mundo. Sus fundadores abrieron un nuevo nicho de mercado a finales de los años 80 creando productos disruptivos como las ensaladas envasadas. En tan solo treinta años, los responsables de la firma han logrado situar Florette como una de las 50 marcas de gran consumo favoritas de los consumidores, según la consultora Kantar. Desde sus orígenes hasta hoy, la propiedad de la compañía se transformó con la adquisición de la multinacional francesa Agrial, pero ese cambio apenas alteró la forma en la que en la firma es gobernada. En esta entrevista, Jorge Moreno, CEO de la firma nos cuenta la absoluta confianza con la que la dirección navarra cuenta por parte del grupo para desarrollar su actividad en la península ibérica. Esa confianza se ha visto respondida con un crecimiento continuo apoyado en la colaboración abierta y la innovación. La reciente apertura de un centro de I+D+i empresarial con el apoyo del Gobierno de Navarra es un claro ejemplo de ello.

¿Cuál es el origen de Florette Ibérica en Navarra?¿Qué aspectos motivaron que la multinacional Agrial adquiriese la empresa Vega Mayor?

El de Florette Ibérica es un proyecto que comienza a finales de los años 80, entre el 88 y el 89. Se trataba de una iniciativa liderada por dos jóvenes navarros que, con la ayuda de algunos empresarios, también amigos de la región, se embarcaron en esta aventura, que en un primer momento tomó el nombre de Vega Mayor. Y digo aventura porque aunque en aquel momento no se le concedió mucha relevancia, supuso la creación de una nueva categoría en el sector de las frutas y las hortalizas en España: la categoría de la IV gama.

A partir de los años 90 y, sobre todo en el año 92, se producen dos hechos muy relevantes para nuestro país. Uno son las Olimpiadas y el otro la Expo 92. De alguna manera, ambos eventos sirvieron de escaparate para visibilizar nuestro producto, que por aquel entonces era totalmente desconocido.

Así es como llegamos al año 2001 cuando, ya con una empresa de un cierto tamaño, otros operadores, sobre todo europeos, se interesaron por nuestro negocio con el objetivo de expandir sus actividades. Hubo varias sociedades interesadas, todas ellas internacionales, y finalmente fue Agrial, una cooperativa la francesa, la que se hizo con prácticamente la totalidad de lo que entonces era Vega Mayor. La compra se produjo en 2001, coincidiendo con la inauguración de esta fábrica en la que nos encontramos ahora, que a su vez es la sede de Florette Ibérica, y desde donde atendemos el mercado ibérico: España y Portugal.

A partir de ese año 2001 introdujimos la marca Florette en el mercado. Pero la adquisición no supuso grandes cambios a nivel operativo. Conservamos la sede en Navarra y todo el equipo directivo de la firma somos españoles, la inmensa mayoría navarros. Podemos decir que desde los inicios, y también hoy en día, gozamos de la confianza absoluta del grupo para desarrollar el negocio en la península ibérica.

¿Cómo se enmarca actualmente Florette en los planes estratégicos de la multinacional?

Florette Ibérica forma parte de la división de vegetales y frutas frescas del grupo, que se concentra en la península ibérica, Francia, islas británicas y Centroeuropa. En concreto, nosotros conformamos una de las unidades de negocio más relevantes en volumen de actividad dentro del grupo.

Desde el inicio, y especialmente desde la entrada en el grupo de la sociedad Agrial, no hemos dejado de crecer. En el momento de la adquisición contábamos con una única fábrica. Hoy tenemos seis centros de producción distribuidos en la península ibérica y Canarias y un desarrollo de la actividad agrícola muy importante que en aquellos primeros años prácticamente era inexistente. Por lo tanto, si nos atenemos a la historia, estoy convencido de que la propiedad seguirá apostando e invirtiendo por las actividades en la península ibérica.

Florette fue capaz de abrir un nicho de mercado inexistente en nuestro país, para lo cual fue preciso afianzar desde cero una red de productores de hortalizas del entorno más próximo. ¿Qué oportunidades brinda a industrias de la cuarta gama como la vuestra en entramado de productores navarros?

Es una pregunta muy interesante porque en los inicios no fuimos del todo conscientes de la importancia que las materias primas tendrían en el desarrollo del negocio en su conjunto. La propuesta de la empresa supuso una innovación total, una completa novedad. Los promotores de este negocio consideraron en un primer momento a los productores de la ribera navarra, puesto que es una zona con una cultura muy asentada en la producción de hortalizas.

Sin embargo, esa elección implicaba dificultades que debieron ser resueltas. No son lo mismo los vegetales o las verduras frescas que se comercializan en primera gama que aquellos que han de someterse a un proceso mínimo, que es lo que requiere la adecuación a la venta en IV gama. Esta fue una de las mayores dificultades al principio: encontrar aquellas materias primas adecuadas al proceso que requiere la industrialización en IV gama.

Nos pusimos manos a la obra y desarrollamos en paralelo alianzas con agricultores locales. Nosotros, dentro de nuestro modelo, siempre hemos hecho una apuesta por estar próximos a la producción agrícola y también próximos a las zonas de consumo. Fundamentalmente porque trabajamos con un producto perecedero con una vida útil muy, muy corta. Es muy importante estar próximos tanto a la producción, al inicio de la cadena, como a su final, el consumo. Eso lo tenemos claro prácticamente desde los inicios.

¿Qué aspectos debe impulsar la industria agroalimentaria navarra para confirmar su competitividad?

Yo percutiría en tres aspectos fundamentales que son necesarios abordar. Necesitamos mejorar las infraestructuras en dos ámbitos. Por una parte, debemos aumentar el tamaño de la superficie de las parcelas. Y, por otra, debemos optimizar las infraestructuras de riegos, de regadíos. El proyecto estrella en nuestra comunidad es el Canal de Navarra, que vertebra la comunidad de norte a sur, y es muy importante que se culmine para llevar agua al sur en las condiciones adecuadas, puesto que ahí es donde precisamente tenemos las condiciones agroindustriales y agroclimáticas para desarrollar la actividad agrícola.

Otro pilar muy importante es seguir favoreciendo el relevo generacional. Y para esto, debemos formar a los jóvenes y ofrecerles incentivos, esto es, asegurar que puedan desarrollar un proyecto de vida con la actividad agrícola.

Queríamos hablar también de innovación. Es una de las enseñas de Florette desde sus orígenes y, recientemente, esta apuesta estratégica se ha visto reforzada al ser una de las empresas pioneras de Navarra en integrar en su estructura una Unidad de I+D+i Empresarial. ¿Qué objetivos perseguís con esta unidad?

La innovación está dentro de nuestro ADN. Siempre decimos que el éxito de la empresa en sus inicios fue gracias a una gran innovación: generar una nueva categoría dentro del mercado de las frutas y las hortalizas, la IV gama de la que hemos estado hablando antes. Pero, a partir de ese momento, la innovación ha seguido formando parte de nuestra cultura de empresa.

En concreto, la decisión de impulsar la unidad de I+D+i empresarial se produce como consecuencia de una nueva ley del Gobierno de Navarra, que da la posibilidad a las empresas privadas de concurrir a convocatorias de financiación de proyectos de innovación con similar estatus al de centros tecnológicos o universidades.

En Florette Ibérica fuimos la segunda empresa en Navarra que llevamos a cabo las acciones necesarias para lograr esta caracterización de unidad de I+D+i empresarial. Con ello, lo que perseguimos es tener acceso a esas convocatorias de financiación que hasta hace poco eran exclusivas para centros tecnológicos y universidades.

En segundo lugar, seguir reforzando en la organización la cultura de innovación, porque nos requiere disponer de un equipo dedicado en exclusiva a la unidad de I+D+i y a los proyectos que se desarrollan bajo su paraguas. Esto, además, nos permite consolidar relaciones mucho más estrechas y fluidas con centros tecnológicos, universidades y otras empresas de la comunidad. De hecho, actualmente estamos participando en casi una veintena de proyectos de innovación multiempresa, liderados generalmente por las universidades, CNTA, INTIA o el CSIC. Hay multitud de proyectos, tanto de la comunidad como nacionales, incluso europeos.

¿Qué proyectos de investigación habéis puesto ya en marcha en el marco de la Unidad de I+D+i?

Por citar alguno de ellos, me voy a centrar en dos bloques. El primero es el relacionado con el respeto y el cuidado por el medioambiente y la sostenibilidad. En este ámbito, destacaría dos proyectos. En primer lugar, AgroPaper, cuyo objetivo es sustituir los acolchados plásticos que se usan en la agricultura para reducir el consumo de agua y de herbicidas por acolchado de papel orgánico. El segundo proyecto destacable es FoodRUs, que trata de favorecer una economía circular evitando los desperdicios alimentarios que se generan en la industria alimentaria impulsando su reaprovechamiento. Ambos proyectos son participados por empresas navarras, nacionales e internacionales. El primero está liderado por el CNTA y el segundo por la Universidad de Deusto.

El segundo bloque que destacaría es relacionado con la incorporación de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial para obtener información en tiempo real y facilitar la toma de decisiones. También son proyectos con participación internacional, donde figuran muchas empresas, coordinadas en muchos casos por centros tecnológicos de Navarra o la propia Universidad de Navarra. En este sentido, los dos proyectos más destacables son IAFood, en el que colaboramos con la Universidad de Navarra, INTIA y CNTA, además de numerosas empresas navarras y de otras regiones, y AgrarIA, coordinado por el CSIC, Centro Superior de Investigaciones Científicas.

¿Cómo definiríais la colaboración-público privada en la industria agroalimentaria navarra?

Yo creo que, por principio, la colaboración en nuestra industria es fundamental. No estaremos a la altura lo que nos requiere el mercado y nuestros clientes si no somos capaces de asociarnos. Y no me refiero sólo a los centros tecnológicos y las universidades, sino entre nosotros mismos, las empresas industriales. Creo que es clave e indiscutible que tenemos que ir a una en lo relativa a innovación colaborativa. Si impulsamos estos proyectos de forma independiente nos va a costar muchísimo tiempo y dinero y no lograremos resultados con la agilidad que requieren los consumidores y el mercado. Por lo tanto, soy un convencido de la innovación colaborativa.

 

Florette cuenta con campos de cultivo repartidos por diferentes zonas de España, como Navarra, Cataluña, Murcia, Soria, Toledo o Canarias así como 6 centros de producción en los que se apoya. En vuestro modelo, garantizar un modelo logístico que preserve la cadena de frío es uno de los factores de competitividad ¿Cómo valoráis a nivel logístico contar con la sede corporativa y los principales centros de producción en Navarra?

En Navarra contamos con dos centros de producción que representan aproximadamente el 50% del volumen total. Nuestro producto tiene una vida útil, muy corta y necesitamos estar muy próximos a la producción y muy próximos a los centros de consumo. Y, además, con esto favorecemos la biodiversidad y cuidamos el medio ambiente porque movemos el producto lo mínimo indispensable.

Por eso, nosotros producimos aquí en Navarra todo lo que podemos desde el punto de vista climático. En el caso de los cultivos protegidos aquí producimos los doce meses del año y, en lo que respecta a los cultivos al aire libre, aquí producimos fundamentalmente en las épocas de primavera y otoño, que es cuando disfrutamos de las condiciones ambientales propicias. En invierno, lógicamente seguimos produciendo en otras regiones que nos garantizan las condiciones requeridas para el buen desarrollo de los cultivos.

En concreto, la fuerte presencia de la industria agroalimentaria en Navarra ha dado lugar a centros de investigación punteros en el ámbito como INTIA o CNTA ¿Qué relación tenéis con estos centros y qué beneficios os procura?

Nuestra relación con estos centros es histórica, data de hace muchos años y nos procura beneficios claros como estar próximos a profesionales con altas capacidades y un conocimiento muy importante. Tenerlos próximos y accesibles es un activo primero a proteger y segundo a desarrollar con las vinculaciones que logremos formalizar. Un ejemplo de esto último es que nosotros ocupamos la vicepresidencia del CNTA, por lo que estamos muy vinculados a ellos históricamente.

 

Florette es una de las principales impulsoras de Ebro Food Valley, el proyecto que pretende posicionar el valle del Ebro como referente de innovación agroalimentaria a nivel mundial ¿Qué motivó la participación de Florette y qué perspectivas veis al proyecto?

Nosotros somos una pequeñísima parte de lo que es este proyecto. La iniciativa, como bien has dicho, surgió aquí en Navarra y por eso hoy se está liderando desde Navarra. Pero a día de hoy se ha convertido en un proyecto de alcance nacional, participado por empresas de hasta 16 comunidades autónomas, lo que le confiere un carácter global. El objetivo es lógicamente aprovechar mejor y de forma coordinada unos recursos que vamos a recibir con los Fondos Next Generation y tratar de modernizar la industria y el sector. Creo que sería absurdo no aprovecharse de ello.

Navarra es una de las comunidades con más presencia de multinacionales en España. Además, la tasa de retención de estas grandes empresas es muy destacada. Como referente de una de las más relevantes de la industria agroalimentaria, ¿a qué crees que responde esta realidad?

Señalaría cuatro aspectos. El primero tiene que ver con la tradición. Esta ha sido tradicionalmente una tierra emprendedora y, por lo tanto, eso es algo que está dentro del ADN de esta región y que es muy importante tener en cuenta.

En segundo lugar, tradicionalmente hemos tenido mucha proximidad con las administraciones, lo que favorece la puesta en marcha de proyectos. En tercer lugar, me gustaría destacar las capacidades en cuanto a formación y el talento que existe en esta comunidad, muy importante a la hora de poner en marcha proyectos. Finalmente, también subrayaría la apuesta que últimamente se ha hecho por la innovación en todos los ámbitos de la comunidad.

Jorge Moreno Virto
Director General de Florette Ibérica