Desde su desembarco en Navarra en la década de los 70, BSH se ha convertido en una de las compañías más emblemáticas de la región. Hoy el grupo alemán da empleo en España a 4.400 personas, de las que cerca de 1.200 trabajan en las dos plantas productivas que la firma tiene en la comunidad autónoma. Dos centros productivos que se sitúan en algunos aspectos tecnológicos entre los más avanzados de la multinacional a nivel mundial. Hablamos con el Chief Financial Officer de la firma en España, José Juste, quien nos explica que el factor que explica la exitosa trayectoria de la empresa en nuestra comunidad desde 1979 es ser plenamente conscientes en todo momento de la poderosa amenaza que la falta de eficiencia y productividad podría suponer en el futuro.
BSH es una empresa alemana que actualmente pertenece a Bosh, pero en su origen surgió de una joint venture entre Bosh y Siemens. En 1979 la compañía recaló en España y se hizo con el control de dos empresas: Balay y la antigua SAFEL.
SAFEL tenía dos fábricas en Navarra y una en Santander. En Navarra la empresa producía calentadores de gas y acababa de poner en marcha una nueva fábrica en Eskiroz, en el sur de Pamplona, donde producía frigoríficos. Esta fue una adquisición que encajaba muy bien con el resto de la actividad en España porque Balay producía lavavajillas, lavadoras y aparatos de cocina en Zaragoza. En conjunto, consideraban que en España podían disponer de una gama de productos muy equilibrada.
Lo más destacable es que, desde el principio, la empresa se apoyó en la gente que trabajaba en las anteriores empresas. Las primeras medidas que adoptaron fue reforzar las áreas que mejor se complementaban con el resto de la empresa, incorporando nuevos productos, pero, como digo, considerando siempre que la capacidad interna con la que contábamos, el capital humano, era lo suficientemente buena para seguir desarrollando la empresa.
Bueno, esta es una pregunta realmente difícil de responder porque en el último año la empresa se ha expandido mucho en Polonia, Turquía y otros países. Además, hay planes para construir nuevas fábricas en Egipto y probablemente algunas más en Europa del Este. Estas expansiones siempre pueden poner en peligro el volumen y la actividad en algunas fábricas bien establecidas en los llamados países de alto coste como Alemania, España, etc.
Pero, a este respecto, lo realmente importante es que seguimos siendo competitivos. Ser competitivos en un país de alto requiere adoptar e implementar nuevas tecnologías para tener un sistema de producción excelente, procesos excelentes y personas comprometidas y talentosas. Estos son los aspectos que debemos reforzar para seguir siendo relevantes en el futuro de la empresa. En cualquier caso, es obvio que en una multinacional como la nuestra los centros de decisión no son locales, por lo que existe el riesgo de que la apuesta por un país varíe.
En conjunto, la actividad en los electrodomésticos se ha visto reforzada en lugar de disminuir porque las familias han ahorrado y han tenido que permanecer mucho más tiempo en casa, por lo que no han gastado en tiempo de ocio. Además, al tener que permanecer en nuestros hogares, todos vimos que había algunas cosas que se podían cambiar para estar más cómodos. Todos estos factores han provocado que la demanda de electrodomésticos se haya incrementado durante la pandemia. Y ahora estamos sufriendo, como todas las empresas, escasez de materiales, especialmente en electrónica, altos costos del transporte, aumentos de coste de los materiales. Tendremos que ver si en el futuro esto provoca cambios en la distribución de la producción de multinacionales por países y fábricas porque esta nueva situación nos obligará a pensar en cadenas de suministro más cortas. Si los materiales tienen que venir desde Asia, por ejemplo, esto podría derivar en un problema en las entregas en lugar de la ventaja que suponía en el pasado.
Creo que el ecosistema está bien establecido. Pero un ecosistema de innovación no puede cubrir todo el espectro de conocimiento que nuestras empresas pueden necesitar. Así que hay áreas en las que nuestra empresa puede encontrar contrapartes para desarrollar investigación y colaboraciones, pero no es suficiente en todos los casos, por lo que también tenemos colaboraciones con socios externos, incluyendo empresas, centros tecnológicos o universidades de fuera de Navarra. Pero, como decía, veo que en nuestra comunidad cada vez se desarrolla una mayor colaboración entre empresas, centros y universidades, y además contamos con muy buen paraguas del Gobierno de Navarra.
Creo que el ecosistema es adecuado. Se puede conseguir gente cualificada, aunque no siempre sea fácil y tenemos acceso a una adecuada red de proveedores, que quizá no cubre totalmente las necesidades, pero la industria es suficientemente diversa. El acceso a las universidades es adecuado. La conexión con las instituciones, con la Administración, está bien, en mi opinión no es tan compleja. Así que operar en Navarra ofrece un ecosistema muy accesible para las compañías.
Soy un valedor y un promotor de la colaboración. Creo que en el contexto actual, la única posibilidad de operar más allá de los límites que nos imponen nuestros propios recursos es colaborar, y no limitarse a contratar servicios o productos a proveedores.
Es muy enriquecedor cuando, de manera generosa, colaboramos entre las empresas para compartir experiencias de éxito. Y la razón de ser de organizaciones como AIN u otras instituciones navarras que aglutinan diversas empresas es reforzar este espíritu de colaboración.
La industria navarra está sufriendo como el resto de las industrias del país o de Europa. Lo hemos dicho varias veces. Hemos hablado mucho de VUCA, pero ahora tenemos una situación VUCA++ porque todos los factores se han unido. Ahora adolecemos de escasez de materiales, encarecimiento del transporte, que ha triplicado o quintuplicado su coste, encarecimiento de los propios materiales y la energía. No somos diferentes del resto y nos afecta el contexto.
Por eso, en lugar de centrarme en la situación actual, creo que es preferible que reflexionemos en lo que podemos hacer de forma diferente en Navarra. Y creo que debemos localizar más actividades aquí en Navarra que ahora se realizan en el extranjero. No es algo que se pueda hacer en el corto plazo de forma fácil, pero es un reto que instituciones como SODENA y otras podrían afrontar. Además, creo que tenemos que desarrollar más y más rápidamente todo lo relativo a la a la eficiencia energética y a la producción de energía sostenible.
La situación actual no es fácil, pero creo que podríamos superarla de forma adecuada bien si somos capaces de visualizar el futuro basándonos en el desarrollo de nuestras propias capacidades.
Yo me siento plenamente navarro porque llevo muchos años viviendo aquí y siempre he estado muy satisfecho aquí. Mi hijo vive en Madrid y puedo decir que no es comparable vivir en una gran metrópolis que en una ciudad como Pamplona o su entorno, donde te puedes desplazar rápidamente y puedes resolver la mayoría de tus necesidades muy fácilmente.
En este sentido, diría que residir en Navarra es una excelente oportunidad para vivir cómodamente y disfrutar de una buena calidad de vida.
Bueno, para mí esto es muy difícil de responder porque creo que la respuesta dependerá de cada empresa multinacional. En nuestro caso, diría que competimos permanentemente con otros agentes externos y lo hacemos a partir de la creatividad, de las ideas, de la innovación.
Y creo que esta es la fórmula correcta, porque si te sientes demasiado cómodo lo más probable es que desaparezcas. La única opción es asumir que operamos en un mundo en el que fuera de Navarra o de España tenemos un montón de gente competente más barata que nosotros y dispuesta asumir nuestra actividad para desarrollarla en su país. Lo correcto es sentirnos un poco inseguros, trabajar permanentemente para mejorar lo que hacemos, sea lo que sea. En nuestro caso, el ecosistema donde estamos es un facilitador para seguir llevando a cabo ese trabajo continuo.