El grupo de ropa deportiva pretende con esta medida incrementar su producción hasta alcanzar el millón de pares de calcetines y las 100.000 prendas deportivas térmicas al año en 2026. Actualmente, la delegación navarra de esta firma emplea a 47 personas y factura 3 millones de los 31,5 que genera en su conjunto. En ese sentido, sus responsables confían en incrementar la cifra de negocio originada por la factoría de Etxalar hasta los cuatro millones este año y superar los cinco en 2026.
A este respecto, la planta de Etxalar supone el 10 % del total de la producción del grupo y el objetivo es que represente el 20 % en apenas tres años. Ternua elabora el resto de sus equipaciones deportivas de centros de producción situados en Portugal, Túnez, Europa del Este y Asia con los que colabora.
La factoría navarra, por el contrario, cuenta con una trayectoria contrastada. En 1985, un grupo de siete emprendedores la pusieron en marcha como cooperativa como fórmula de autoempleo. En esos inicios, su especialidad era la fabricación de calcetín deportivo con tres máquinas de segunda mano. El negocio, sin embargo, fue creciendo hasta transformarse en una Sociedad Limitada en 1997 que, bajo la denominación “Industrias Savidai”, comercializaba sus calcetines bajo la marca “Lorpen”.
El buen resultado de este producto ‘icónico’ entre los profesionales y aficionados a la alta montaña llevó a la empresa a diversificarse e introducirse en el producto técnico y especializado. Ese paso coincidió, en 2001, con su traslado a una nave mayor de 2.600 metros cuadrados, siempre en el término de Etxalar y donde llegó a emplear a un centenar de personas. Posteriormente, en 2002, la sociedad pública dependiente del Gobierno de Navarra, Sodena, adquirió el 45 % de su capital hasta que en 2015 fue comprada en su totalidad por Ternua.
Fuente: Diario de Navarra