La multinacional de origen alemán, especializada en el desarrollo y la producción de material de fricción para el sector ferroviario, contempla dotarse de dos nuevas líneas de producción. Gracias a estos nuevos equipamientos, su factoría de Pamplona aumentará en un 66 % su capacidad de trabajo. Esta inversión se enmarca dentro del “proyecto de interés foral” declarado por el Gobierno de Navarra en 2021.
Knorr-Breme ha dado un paso decisivo para consolidar su sede de Navarra. Así, tras haber invertido en dicha instalación 25 millones de euros en los últimos años, haber reforzado su personal investigador y haberle dotado de un centro tecnológico “único”, sus responsables contemplan incrementar su producción hasta los 9 millones de piezas anuales.
Para lograrlo, dichos rectos dotarán a la factoría de dos nuevas líneas de producción y sus instalaciones auxiliares que, precisamente, se localizarán en la actual zona de almacenaje. De esta forma, cuando ambos equipos se
encuentren a pleno rendimiento, la factoría navarra de Knorr-Bremse aumentará en un 66 % su capacidad de trabajo. En ese sentido, la ejecución de este desarrollo se enmarca dentro del “proyecto de interés foral” declarado por
el Gobierno de Navarra en 2021.
La filial de Pamplona es una de las tres fábricas que la multinacional de origen alemán tiene para la producción de material de fricción junto con las que están ubicadas en Manchester (Reino Unido) y Chicago (Estados Unidos). Las guarniciones, zapatas de freno orgánicas y los elementos sintetizados de fricción, que se elaboran en la capital navarra se aplican después en la red ferroviaria de Renfe, EuskoTren y Feve así como en las de metro de Madrid, Sevilla o Bilbao. Igualmente, parte de esa producción se destina “en su mayoría” a clientes de nivel mundial.
Fuente: NavaraCapital