Schneider Electric recaló hace 30 años en Navarra mediante una adquisición estratégica que le permitió ampliar su portfolio de productos. En estas tres décadas ha invertido en numerosas ocasiones en la planta, aumentado su capacidad productiva y su grado de avance como Smart Factory. Hoy la fábrica es una referencia estatal en términos de sostenibilidad gracias a iniciativas como la primera microgrid industrial instalada en una fábrica española, que inauguró el pasado enero. En esta entrevista hablamos con Raquel Gascó, Plant Manager de la fábrica de Puente la Reina, para conocer la trayectoria de la planta en Navarra, cómo encaja actualmente en los planes de la multinacional y qué opinión tienen del ecosistema industrial navarro y las ventajas que este les ofrece.
La fábrica en la que producimos actualmente en Navarra empezó a operar en 1974 como Eunea, pero tuvimos que esperar casi 20 años para que Schneider Electric la adquiriese. En aquel momento, esa adquisición fue estratégica para la multinacional porque le permitió ampliar su portfolio de productos añadiendo nuevas referencias a su oferta.
La proximidad es uno de los factores clave de nuestro éxito. Estar más cerca de los clientes y de los proveedores nos permite responder mejor a la incertidumbre y conocer en profundidad los requisitos específicos de cada región para adaptar nuestra actividad.
En concreto, estar localizados en España, y dentro de España contar con diversos centros en localizaciones distintas es muy importante para nosotros porque nos da acceso a una masa crítica de talento muy diversa, un talento que en España es muy amplio y versátil.
Precisamente el mes pasado el grupo realizó una auditoría interna para medir el rendimiento y la capacidad de producción de nuestra fábrica. Con los resultados obtenidos en la auditoría fuimos calificados en el top 11 en el ranking de fábricas del grupo, una posición muy destacada teniendo en cuenta que Schneider Electric tiene más de 200 centros productivos en todo el mundo.
En cualquier caso, en el ámbito de las multinacionales no hay espacio para la relajación y no se puede dar nada por sentado. De hecho, esta competencia sana entre los distintos centros productivos es una de las claves que explica Schneider Electric sea la empresa de alto rendimiento que es hoy y en Puente la Reina debemos seguir trabajando para mantener nuestro buen desempeño.
En estos años la fábrica ha vivido numerosos hitos. Destacaría la introducción al mercado de diferentes gamas de productos, como la serie de mecanismos eléctricos residenciales Unica, o las series Odace y Novalis. Estos lanzamientos se produjeron en un momento de cambio de paradigma muy importante para nosotros, porque nuestra producción pasó de estar destinada al 85% al mercado nacional a estar destinada en un 85% al mercado de exportación.
También ha sido muy significativo el proceso de digitalización de la fábrica, cuyos procesos eran hace doce años 100% manuales o semiautomáticos. Hoy, sin embargo, la nuestra es una fábrica digital y conectada, reconocida como una de las más avanzadas del grupo a nivel mundial.
Por último, destacaría la transición hacia la sostenibilidad que la fábrica comenzó en 2012 impulsando la reducción del consumo energético o la optimización del uso de fuentes de energía renovables. Entre otras acciones, esta estrategia nos llevó a poner en marcha el pasado enero la primera microgrid industrial instalada en una fábrica española. Este acción ha supuesto un claro factor de diferenciación para la fábrica a nivel europeo y hemos podido hacerla realidad gracias al soporte de un socio muy relevante para nosotros, también ubicado en Navarra: Acciona Energía.
Responde a la urgencia de reaccionar activamente en el marco del movimiento ‘There is no planet B’. La principal razón es que en Schneider Electric somos conscientes de nuestra responsabilidad, realmente creemos en la sostenibilidad desde un punto de vista proactivo y queremos ser protagonistas en ese proceso. Además, esta microgrid nos ofrece la posibilidad de reducir el consumo energético y optimizar el uso de la energía, así como reducir la huella de CO2.
Al hablar de este proyecto, es muy relevante para nosotros poner en valor a nuestros partners. Acciona Energía es la propietaria de la instalación, asumió el coste de la inversión y sigue un enfoque de “energía como servicio”, por lo que nosotros pagamos por la energía que consumimos. Suelo decir que en Schneider Electric somos buenos produciendo interruptores y mejorando continuamente nuestra fábrica para convertirla en una Smart Factory. Eso es en lo que somos buenos y eso es lo que hacemos. Por eso confiamos en Acciona Energía para que gestione la energía verde que consumimos en la fábrica.
Seguimos una hoja de ruta muy ambiciosa. Nuestro objetivo es lograr la neutralidad de carbono en nuestras operaciones en 2025 y ser emisor neto cero de CO2 en 2030, lo que significa que ya no nos permitiremos pagar offsets por las emisiones. Y el reto no acaba ahí. En 2040 queremos alcanzar la neutralidad de carbono en toda la cadena de suministro y, lo que sin duda es el mayor reto, en 2050 queremos ser emisor neto en todas las operaciones de nuestra cadena de suministro completa.
Para lograr estos objetivos ya hemos empezado a poner en marcha medidas muy ambiciosas, como deshacernos del plástico de un solo uso, que completaremos en 2025, o sustituir nuestra flota de más de 14.000 vehículos a modelos eléctricos. Además, debido a su alto impacto en el medio ambiente, nos hemos comprometido a eliminar el uso de gases CFC en nuestras operaciones para el 2025. El año pasado lanzamos un plan específico para medir nuestro impacto en materia de sostenibilidad y hasta ahora los resultados han sido muy positivos.
Creo que responde principalmente a la resiliencia y al gran trabajo que estamos realizando con diferentes proveedores. La cadena de suministro de Schneider Electric ha sido calificada por Gartner como la mejor de Europa este año y también la cuarta a nivel mundial, así que creo que esta capacidad de reacción, esta resiliencia, nos ha hecho ser mejores que nuestros competidores en muchas ocasiones, lo que nos ha permitido ganar algo de mercado. Además, hemos sido capaces de aumentar la capacidad productiva en nuestra fábrica de Puente la Reina en un momento en el que veíamos que la demanda estaba aumentando.
Este tipo de asociaciones son muy diferentes entre sí, pero lo que todas tienen en común es que contribuyen a generar un espacio en red donde podemos compartir nuestros problemas para escuchar y aprender de los demás y, al mismo tiempo, poner sobre la mesa las que consideramos que son nuestras mejores prácticas. Asociación de la Industria Navarra organiza encuentros intersectoriales muy interesantes para las grandes empresas. De hecho, Schneider Electric participó en el último, donde precisamente debatimos sobre sostenibilidad. Fundación Industrial Navarra, por su parte, organiza mesas de conocimiento para que las empresas compartan buenas prácticas y lo hace siguiendo criterios de segmentación que permiten que las pequeñas empresas conversen entre ellas y las multinacionales dispongan de mesas específicas. Este nivel de personalización es un aspecto muy valioso y positivo. Y todo ello sin olvidar todo lo que la Confederación Empresarial Navarra nos aporta como agente de representación empresarial.
Si hablamos en términos de fortalezas, citaría la calidad de la educación, especialmente en el ámbito universitario, tanto privado como público. Y no solo las universidades; también contamos con centros de formación profesional muy avanzados que están formando a los perfiles profesionales que necesitamos en este entorno mucho más digital de las fábricas inteligentes. Estos centros y universidades están generando talento y actúan como un pool de innovación con capacidad de atracción para más empresas.
Al mismo tiempo, en Navarra existen varias asociaciones tecnológicas y centros tecnológicos que también resultan muy interesantes para que las multinacionales podamos contar con respaldo en nuestros proyectos de innovación.
Además, hay otro factor fácil de entender. La propia existencia de empresas y multinacionales llama a otras empresas y multinacionales porque normalmente nos podemos beneficiar del trabajo que otros han hecho antes y de la especialización de la red de proveedores. Esto es muy importante para nosotros en términos de sostenibilidad, porque queremos tener a los proveedores mucho más cerca para ganar en resiliencia y reducir el impacto de las emisiones de CO2. Así que creo que aquí hay un ecosistema que puede beneficiar a cualquier multinacional que quiera tener presencia en España.
Creo que Navarra ofrece diversas alternativas de ocio y, al mismo tiempo, una gastronomía realmente buena. Además, aquí podemos disfrutar de una naturaleza increíble. Destacaría también el placer que produce conocer el importante patrimonio y la huella histórica de Navarra de la mano de gente honesta y leal.
Creo que la retención de empresas responde a la generación de talento que he comentado antes, a la presencia de universidades, a la existencia de una tecnología muy avanzada por los pool de innovación con los que contamos.
Pero también es cierto que en el ámbito de las multinacionales no se puede dar nada por sentado. La buena situación de hoy no garantiza que vayamos a continuar siempre así y creo que hoy en día todos los territorios y empresas nos enfrentamos a un reto para garantizar nuestro futuro. Tenemos el desafío de trabajar mucho más en los valores de las empresas, y es un trabajo que debe hacerse a título individual en cada organización. Cada empresa debe esforzarse para entender qué quiere el talento que necesita, qué demandan las nuevas generaciones y cuál es el tipo de empresa en la que quieren trabajar para adaptar todas sus estrategias y centrarlas en la misión, es decir, en los valores cada organización.
Y, en este sentido, creo que el Gobierno, las instituciones y las asociaciones del entorno deben desempeñar un papel activo ayudándonos a realizar esta transición en términos de cultura, digitalización y transición medioambiental.